Neuropatía en Monterrey

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¿Qué es la neuropatía craneal?

El término neuropatía se puede explicar de una manera muy simple como aquellos problemas o lesiones en los nervios que generan dolor, sensación de adormecimiento, debilidad, entumecimiento, etc. 

Pueden afectar cualquier parte del cuerpo aunque los sitios más comunes son las manos y los pies. 

Las neuropatías pueden ser originadas por muchas causas, por ejemplo, en la consulta de neurología es muy común ver personas con diabetes, en los que, un descontrol metabólico afecta los pies y las manos causando dolores muy molestos, llamados neuropatía diabética.

Otras causas son déficits de algunos nutrientes como vitaminas, otras enfermedades endocrinológicas (que afectan otras glándulas como la tiroides), traumatismos, lesiones por compresión nerviosa como las hernias de los discos de la columna vertebral, atrapamiento de los nervios, infecciones, tumores, etc.

¿Cuál es la función de los nervios craneales?

Los nervios craneales son estructuras nerviosas que se originan de la base del cerebro y emergen en pares de los orificios del cráneo. Estos nervios están encargados de funciones muy específicas de la cabeza y de los sentidos. Son 12 los nervios craneales,  numerados del I al XII, y entre las funciones que cumplen se encuentran:

  • La vista
  • El movimiento de los globos oculares
  • Los movimientos y sensibilidad de la lengua
  • Algunos músculos de la cara
  • La audición
  • Sensibilidad de algunas áreas de la cara, etc.

Como mencionamos anteriormente, las neuropatías pueden afectar a cualquier nervio, por lo que las neuropatías craneales precisamente afectan a los nervios craneales, principalmente a tres de ellos, que son  los III, IV, VI y VII nervios craneales.

¿Cómo se manifiestan las neuropatías craneales?

El III nervio craneal, también se conoce como nervio oculomotor, y entre sus funciones se encuentran algunos movimientos del ojo, la constricción de las pupilas que sirve para enfocar y acomodarse según la luz del ambiente, además de controlar el músculo que sirve para elevar el párpado superior.

La causa más común es la diabetes mal controlada, que genera daño en los vasos sanguíneos que nutren al nervio. Suele manifestarse con diplopía (visión doble) y caída del párpado superior.

El IV nervio craneal se conoce como nervio troclear y se encarga de la inervación del músculo oblicuo superior de los ojos, que a su vez tienen como función dirigir la mirada hacia abajo y hacia adentro, lo que suele generar que uno o ambos ojos se desvíen hacia afuera y asimetría de la mirada.

Ésta lesión puede ser causada por:

  • Traumatismos
  • Infartos cerebrales
  • Compresión externa del nervio como por ejemplo tumores, o más comúnmente afectación de la microvasculatura, situación que es muy común en pacientes con diabetes mellitus de larga evolución con un mal control y pobre apego al tratamiento. 
  • Los pacientes con alteración del IV nervio craneal suelen tener también visión doble. Sin embargo, en algunos pacientes los síntomas suelen ser muy leves y en ocasiones puede pasar desapercibido, ya que, de manera instintiva, sin darse cuenta, suelen ladear un poco la cabeza hacia el lado afectado, lo que genera compensación de la mirada.

El VI nervio craneal, es conocido también como nervio motor ocular externo o nervio abducens, y se encarga de inervar a los músculos de las órbitas que permiten que los ojos giren hacia los lados, por lo que, cuando se encuentran lesionados, suelen también generar visión doble, con difícil enfoque, sobre todo cuando se quiere dirigir la mirada hacia un objeto que está a los lados.

Las causas suelen ser muy similares a las anteriores, aunque también puede ser causado por:

  • Enfermedades inflamatorias como la esclerosis múltiple
  • La hipertensión intracraneal
  • Las hemorragias cerebrales
  • Algunas alteraciones por sustancias como la encefalopatía de Wernicke que se asocia a un consumo excesivo  crónico de alcohol.

Por último, el VII nervio craneal es también conocido como nervio facial. Suele generar parálisis facial de tipo periférico o parálisis de Bell y que suele manifestarse con asimetría de los músculos de la cara, además de pérdida de sensibilidad y fuerza muscular.

Las neuropatías craneales pueden ocurrir de manera súbita o aguda, por ejemplo, cuando están asociadas a infartos o hemorragias cerebrales. En estos escenarios, lo recomendable es acudir de inmediato a una unidad de urgencias para descartar causas graves y que puedan poner en peligro la vida.

Por otro lado, en aquellos pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes, las neuropatías suelen instaurarse de manera lenta, dando oportunidad a que los pacientes realicen cambios compensatorios (como ladear la cabeza).

Ante la sospecha de alguna neuropatía craneal se debe acudir con el neurólogo.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico suele realizarse con un interrogatorio dirigido a la sospecha del médico, que se complementa con una exploración neurológica completa, lo que permitirá saber si existe lesión de uno o varios nervios craneales.

Una vez realizado el diagnóstico, lo siguiente es determinar la causa, por lo que en ocasiones puede ser necesario solicitar estudios complementarios como química sanguínea, perfil de función de la glándula tiroides, biometría hemática, o estudios especializados como resonancia magnética cerebral.

Es importante tomar en cuenta que en un cierto porcentaje de los pacientes no se puede encontrar una causa de la neuropatía craneal, sin embargo, esto no necesariamente afecta el tratamiento.

El tratamiento suele ir dirigido a la causa de la neuropatía, por ejemplo, si es causada por un aneurisma o un tumor que esté comprimiendo el nervio, éste pudiera ser retirado con cirugía.

Para el resto de las causas, la rehabilitación neurológica está enfocada a los movimientos del nervio craneal afectado.