¿Sientes dolor, entumecimiento o hormigueo en alguna extremidad? Podría ser Neuropatía periférica, una afección que afecta los nervios periféricos. Es importante detectarla a tiempo y buscar atención médica con un neurólogo clínico para evitar complicaciones. ¡No lo ignores, cuida tu salud nerviosa!
La neuropatía periférica puede ser causada por diferentes factores, como lesiones, infecciones, trastornos autoinmunitarios, diabetes, exposición a sustancias tóxicas, enfermedades del hígado y los riñones, entre otras. También puede ser una consecuencia de ciertos tratamientos médicos. Es importante detectarla a tiempo y buscar la atención médica adecuada para prevenir posibles complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.
Este es un síntoma común en la neuropatía periférica. Este tipo de dolor puede ser difuso y difícil de localizar en un área específica, y a menudo se describe como un dolor ardiente, punzante o similar a un choque eléctrico. Además, el dolor puede ser constante o intermitente y empeorar por la noche.
Estos calambres se debe a la disfunción del sistema nervioso periférico, que puede causar una contracción muscular involuntaria y prolongada.
Pueden ser intermitentes o constantes, y pueden afectar a diferentes partes del cuerpo, como las piernas, los pies, los brazos o las manos. Los calambres pueden ser más comunes por la noche y pueden ser lo suficientemente severos como para interrumpir el sueño.
Es otro síntoma común de la neuropatía periférica. Puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero a menudo afecta las extremidades. La debilidad puede ser leve al principio y empeorar con el tiempo, llegando a interferir con las actividades cotidianas. En algunos casos, la debilidad es tan grave que la persona no puede mover la extremidad afectada en absoluto.
Es una sensación de dolor causada por estímulos que normalmente no son dolorosos, como el roce suave de la ropa o una brisa ligera. En el caso de la neuropatía periférica, la alodinia puede ser un síntoma común, ya que el daño en los nervios periféricos puede provocar que los estímulos normales se perciban como dolorosos.
En algunos casos, las personas afectadas por esta condición pueden dejar de sentir dolor por completo, lo que puede ser peligroso porque no pueden detectar lesiones o daños en su cuerpo. La pérdida de sensibilidad al dolor ocurre cuando los nervios periféricos que transmiten señales de dolor al cerebro se dañan o dejan de funcionar correctamente.
Las causas de las neuropatías periféricas son muchas, aunque las más común suele asociarse a las enfermedades que afectan los pequeños vasos sanguíneos que nutren estos nervios, siendo la diabetes mellitus la más conocida.
De hecho, una de las causas por las cuales los pacientes con diabetes acuden al neurólogo es por el dolor crónico que suele generar éste tipo de neuropatía.
Otras causas de neuropatía periférica son algunos fármacos como la quimioterapia, tratamientos para el cáncer como la radioterapia. Algunas infecciones del sistema nervioso suelen producir inflamación de los nervios periféricos, así como el herpes zóster también llamado culebrilla.
Puede ser el resultado de una acumulación de toxinas en el cuerpo debido a la falta de función renal adecuada para eliminarlas, así como por cambios en los niveles de minerales y electrolitos en la sangre.
Especialmente la vitamina B12, puede causar neuropatía periférica debido a su papel en la formación y mantenimiento de los nervios. La vitamina B12 es esencial para la síntesis de la mielina, una capa protectora que recubre los nervios, y una deficiencia prolongada de esta vitamina puede dañar los nervios y causar neuropatía periférica.
Los problemas que afectan la circulación, como la aterosclerosis (estrechamiento y endurecimiento de las arterias), la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, pueden causar una neuropatía periférica. Estos problemas pueden reducir el flujo sanguíneo a los nervios periféricos, lo que puede provocar daño en los nervios y causar síntomas como dolor, entumecimiento y debilidad en las extremidades afectadas.
La importancia de la neuropatía periférica radica en las consecuencias que ocasionan al paciente. El dolor crónico suele afectar la calidad de vida de las personas de una manera importante, asociándose a su vez con estrés, insomnio, ansiedad y depresión.
La debilidad y pérdida de sensibilidad puede ocasionar accidentes como caídas, fracturas y lesiones importantes.
La neuropatía periférica asociada a la diabetes suele relacionarse con infecciones que pueden terminar en amputación del pie.
El tratamiento suele ser individualizado según la causa de la neuropatía.
De entrada se debe iniciar con un cambio en el estilo de vida, como evitar el consumo de tabaco o el consumo excesivo de alcohol.
Iniciar el control de los problemas metabólicos como la hiperglucemia o las enfermedades tiroideas, o el aporte de vitamina B en caso de que exista déficit.
Algunos fármacos suelen utilizarse en el tratamiento de la neuropatía periférica como los neuromoduladores, que suelen actuar sobre los mecanismos que generan dolor.
La rehabilitación neurológica es también una pieza fundamental en la recuperación y en evitar la progresión de la enfermedad. Consta de sesiones de ejercicios en los que se trabaja sobre la fuerza y la sensibilidad, de manera que se puedan recuperar o incluso evitar la progresión.
La debilidad y pérdida de sensibilidad puede ocasionar accidentes como caídas, fracturas y lesiones importantes.
La neuropatía periférica asociada a la diabetes suele relacionarse con infecciones que pueden terminar en amputación del pie.